miércoles, 18 de septiembre de 2013

El Barbero

Muchos creen que el oficio de barbero es solo para retocar las barbas y cortar el pelo a los caballeros pero su oficio antaño iba más allá.

En la Edad media ser barbero llevaba consigo lo de ser dentista, cirujano, médico, etc... Muchas personas acudían con frecuencia a los barberos para sacarse muelas, vendar úlceras, hacer sangrías, etc...






















Las sangrías consistían en sacar sangre del cuerpo ya que antaño se pensaba que renovar la sangre regeneraba la salud y el equilibrio interior. Para hacer las sangrías sumergían el brazo en agua caliente y luego aplicaban un torniquete buscando la vena que a ellos les pareciera mejor para realizar la sangría. A esta le practicaban un corte por el que fluía la sangre y de esa forma renovar la sangre del cuerpo.

Muchos barberos se convirtieron en cirujanos ya que estos últimos les permitían entrar en su colegio siempre y cuando renunciasen a su oficio de barbero llegando muchos de ellos a destacar por sus habilidades y conocimientos.

Este oficios a mayores de los barberos no duraron mucho debido a que los cirujanos iban ganando consideración respeto a estos  debido sobre todo a sus conocimientos adquiridos debido a los estudios.

Poco a poco fueron dedicándose solamente a retocar barbas y cortar el pelo, otra cosa que fueron perdiendo o más bien hizo que cambiaran su nombre por el de peluqueros debido a la aparición de peluquerías unisex.

Entre las herramientas del barbero cabe destacar la brocha, el jabón de afeitar, las bacías que era donde se remojaba la barba, el peine, las tijeras y sobre todo la navaja de afeitar con la que demostraban una agilidad asombrosa.

Para cirugía usaban jeringas, sanguijuelas, medicinas, lengua de serpiente, ventosas, ungüentos, etc,...







Para sacar muelas usaban el pulicán para sacar muelas muy deterioradas, los raigones para extraer dientes sueltos, dentuza, para caninos e incisivos, el gatillo, el descarnador usado para separar la encía del diente además de fuego y oro para realizar empastes o la conservación del diente.



Texto: Rodrigo Fresco
Imágenes: Todocoleccion.net






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